jueves, 4 de febrero de 2010

Elogio del ruido


Entrevista Por: Guillermo Zaccagnini

Coso Son un trío que adscribe a la estética del "ruidismo". Experimentan con juguetes y radios portátiles.

No improvisan, hacen shows cortos y planean grabar un disco.

¿Querés escucharlo?" Leonello Zambón tiene una radio con forma de chancho reposando en el antebrazo como si fuera una mascota. Le pone las pilas en la panza y el chancho no sintoniza la AM, sino que se pone a chillar producto de un cortocircuito en una placa.

Diez minutos después, Javier Areal Vélez muestra un joystick noventoso, enorme y pálido: "En realidad, es un sintetizador casero. Lo hice en un taller de electrónica medio trash".

La exhibición es secuela de lo que Florencia Curci usó de utilería para las fotos: una muñeca microfoneada más parecida a Vernon Wells en Circuitry Man que a un Nenuco.

El trío es Coso, revelación ruidista 2009. Florencia se ríe. "Sí, ja, Les Luthiers. Bueno, nos han dicho que se han reído de nosotros".

"Está todo ensayadísimo" dice Javier, guitarrista y compositor del grupo. Se recibió en el Conservatorio en 2008 y a principios de 2009 formó Coso.

Ruido, sí, pero canciones al fin, sin lugar para el cuelgue o la improvisación total.

Combinan el uso de utilería como instrumentos de Hurra Torpedo con el acercamiento al punk de DNA y la No Wave.

"Los temas son cortos", explica. "Y los cambios en un tema son bastante arbitrarios. A veces, simplemente es yuxtaposición de ideas, y de alguna manera queda homologado porque está todo escrito y sale siempre igual.

En la improvisación todo queda un poco en el aire. En cambio si lo escribís, aunque sea un juego mínimo o una cosa absurda, es distinto.

La mayoría de la música funciona sobre la lógica del sistema tonal y cuando laburás con ruidos tenés el riesgo de que todo parezca ambiguo y poco concreto. Entonces, si tenés algo escrito estás estableciendo que elegiste esos materiales y que no son producto del momento".

La música del grupo, cuentan, tiene urgencia.

Las canciones se componen y se graban inmediatamente. Entonces, temas cortos, composiciones arrebatadas y conciertos que no duran más de diez o quince minutos. Florencia, la baterista -que empezó a tocar la batería al entrar al grupo-, cuenta: "Pero laburamos toda la semana para un show de diez minutos.

Microfoneamos una caldera en una fábrica de Parque Patricios y tuvimos que adaptar todos los temas, por ejemplo". ¿Hay escena ruidista? "¡Hay varias! Queremos pertenecer a todas", propone Javier. "Es que los ruidistas son bichos anfibios -dice Leonello, bajista-, pueden vivir en varios ámbitos". Planean grabar su primer disco a mediados de año, pero por el momento cuelgan temas en myspace.com/loscoso.

¿Cómo es la respuesta del que escucha?

Javier: Hay lecturas distintas según el espectador. Nos ha sorprendido la muy buena respuesta que hemos tenido de gente que no está metida en el ruidismo, que nos dice: "Ah, tocan diez minutos, porque si tocaban media hora me hubiese querido pegar un tiro".«

Fuente: Diario Clarin, Argentina/Sábado 16, Enero 2010

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